El Ramen es la adaptación japonesa de la sopa de fideos china, la cual se hizo famosa como un virus en la década de los 90 en toda Asia, como en América y Europa. Actualmente hay una amplia variedad de sobrecitos de preparación rápida, o incluso en vasos aptos para microondas, las cuales resultan muy útiles para sacarte de algún que otro apuro culinario.
Esta sopa consiste en un caldo de alguna carne (Normalmente cerdo), fideos caseros cortados a cuchillo, acompañado con algún “Topping” como espinaca, huevo, carne, verduras hervidas, etc.
A continuación te voy a pasar una de mis dos súper recetas de Ramen mundialmente famosas (Mentira, solo mi hermano y yo las comemos), apta para todas las personas que no se lleven bien con la cocina, debido a su simplicidad. Pero ¡Ojo! Si lo que querés es una comida rápida, esta no te va a servir, porque se tarda un poco mientras se consume el caldo y se hace más espesito.
Para 4 porciones vas a necesitar….
Para el caldo:
3 Cucharadas de aceite.
3 Dientes de ajo gigantes o 6 pequeños.
1 Cuatro trasero de pollo (Pata y Muslo) deshuesado. Te recomiendo no usar pechuga, porque si bien esta es más fácil de deshuesar, no tiene casi nada de grasa, entonces no aporta tanto sabor al caldo.

1 Cebolla de verdeo pequeña.
1 Papa gigante o 2 medianas.
1 Pedazo mediano de jengibre.
1 Cubo de caldo de pollo comprado.
3 Cucharadas de salsa de soja.
Para los fideos:
1 Cucharadita de bicarbonato de sodio.
1 Huevo.
200gr de Harina.
Para el Topping (Acá es a elección).
La carne y las verduras del caldo.
Espinaca.
Huevo (Recomendado, pero yo no tenía más).
Jamón en fetas (Tampoco tenía pero queda riquísimo)
Empecemos con la preparación:
En la cacerola más grande que tengas vas a poner el aceite a fuego súper alto, mientas deshuesamos el muy bien el pollo. La idea es que te queden los pedazos lo más grandes posibles, pero a mí no me salió y parece una masacre de pollo… no importa, sirve igual.

Picamos muy muy bien el ajo y lo ponemos en el aceite caliente.
Cuando este empiece a ponerse doradito, vamos a poner el pollo. Hay que removerlo poquito porque la idea no es que cocine del todo, sino que se forme como una capa quemadita en el fondo de la cacerola, que después cuando pongamos el líquido se va a despegar y darnos todo el saborcito del pollo.
Mientras tanto cortamos la papa lo más chico que podamos (Ojo no tanto como el ajo), pelamos el jengibre pero no lo troceamos, y apenas cortamos la cebolla de verdeo, como para que entre en la cacerola sin sobresalir.

Cuando logramos este color, es momento de agregar todo lo que cortamos anteriormente. Revolvemos un poco y agregamos 4litros de agua segura, así como también el caldito de pollo comprado.

Ponemos el fuego al máximo, y cuando rompa el hervor, lo tapamos y ponemos a fuego mediano por aproximadamente dos horas.
Mientras tanto vamos a empezar con la preparación de los fideos.
Colocamos 150grde harina tamizada en un bol (Los otros 50gr son para el amasado), haciendo un agujero en el centro. Ahí es donde vamos a romper el huevo y dejarlo durante más o menos media hora para que este adapte la temperatura del ambiente.

Después ponemos la cucharadita de bicarbonato de sodio en una sartén tapada a fuego mínimo durante media hora también para que esta se convierta en una sal alcalina, la cual le va a dar elasticidad y consistencia a nuestros fideos.

Una vez que paso el tiempo de cocción del bicarbonato, vamos a disolverlo en una taza, con 3 cucharadas de agua caliente, mezclamos bien, y luego 3 cucharadas de agua fría.

En la harina con el huevo ya templado colocamos 3 cucharadas de la mezcla aguada de bicarbonato y mezclamos bien hasta obtener una masa elástica y homogénea. La envolvemos en papel film y la guardamos en la heladera hasta que el caldo este casi listo.

Unos diez minutos antes de que hayan pasado las dos horas de cocción del caldo, vamos a sacar nuestra masa para fideos de la heladera y a estirarla. En mi caso decidí usar la maquina “Pastalinda” que es especial para fideos, pero si no tenés una así, con el palo de amasar te va a salir igual.

Yo dividí la masa en 4, para poder estirarla más fácilmente. La idea es que te quede una tira fina y larga de masa, la cual vas a enroscar sobre si misma (Ponele mucha harina de la que no usamos para que no se pegue) hasta que tengas una especie de chorizo.

Ahí es cuando vamos a cortar con el cuchillo, del tamaño que nosotros queramos.

No te preocupes si no te queda perfecto, porque esa es la idea, que se note que son bien caseros. Tienen que quedarte lo más largos posible, para que sean como los fideos típicos de Ramen.
Si querés obviar el paso de los fideos, podes comprar los que ya vienen hechos. Yo te recomiendo que uses los “Cabello de ángel” que son finitos y largos.
Ponemos los fideos a hervir durante cinco minutos aproximadamente.

Mientras eso se cocina, con una espumadera vamos a sacar todos los sólidos del caldo y a reservarlos aparte.
¿Cómo emplatamos?
Yo lo hago en un plato tipo compotera porque me gusta más como queda, y primero pongo un poco de fideos, después el caldo, y finalmente los toppings que haya elegido. La idea es poner todo lo que se usó para el caldo, porque combina muy bien con los sabores. Te recomiendo que le pongas medio huevo duro y un poco de jamón también, pero en mi casa se habían acabado y no pude, pero le suman un montón de sabor y color al plato.

¡Y listo! Tenemos nuestro riquísimo Ramen calentito en la mesa. (La foto salió borrosa, pero es riquísimo posta)
Que no te engañen la cantidad de pasos, porque si bien son muchos, estos son re fáciles de hacer, sobre todo si no haces vos los fideos y elegís los comprados (Aunque obvio que no es el mismo sabor).
Espero que te haya gustado la receta y que la intentes hacer.
Maru.
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